La Rioja es una tierra mucho más propicia a la santidad de lo que pudiéramos imaginar. Así nos lo demuestra Charly Martínez que, con harta dedicación y entrega, tras años de desvelos y pesquisas:
«Estos santos os ofrezco
con intensa devoción,
vidas ejemplares fueron
sin tacha ni parangón.
Rescatados del olvido
tras intensa indagación
sean guías de tu vida,
beatífico lector.
…»
San Babute y su cuadrilla. Gavilla de santos apócrifos riojanos, es un valioso santoral iluminado con virtuosa imaginería salida de la mano de Antonio Delgado.
Charly Martínez tuvo un nacimiento sonado en la calle San Juan de Logroño al alegre vuelo de las campanas de La Redonda. Predestinado, pues, al vino de las tabernas y a la santidad, dio en la inofensiva manía de escribir (dios se lo perdone) y de comprobar si estaban cerrados los bares antes de volver a casa. Es capaz, por dinero, de levantarse de la cama; mas como nadie parecía interesado en tal inversión, ingresó en el convento de la orden Goliarda donde llegó a ser el prior de todos.
Antonio Delgado comenzó su temprana carrera de ilustrador y delictiva en el patio del colegio falsificando cromos difíciles que cambiaba a sus compañeros por fotos de cupletistas. Estas habilidades le supusieron más tarde un alto estatus tanto dentro de la cárcel como fuera de ella. Viajó por numerosos países intentando borrar su rastro. Se le supone escondido en algún lugar de La Rioja. Se ofrece recompensa. Acostumbra a disfrazarse de romano para pasar desapercibido.
