En estilo epistolar y tono íntimo, en relato realista; Lázaro cuenta su vida, sus miserias, sus fechorías, sus “escuelas “y sus aprendizajes. Sin tapujos, sin trampa, sin idealizaciones ni falsedades. Lázaro es prisionero de las circunstancias de la época y del contexto que le tocó vivir.
¿Se le debe condenar por vender su dignidad? ¿Es justo culparlo o es justo considerarlo inocente?
Juzguen vuestras mercedes.