La totalidad de los fracasos no ha hecho más que asentar en el imaginario colectivo una doble sensación, la de que ni las herramientas teóricas heredadas nos permiten entender la realidad social, ni atinamos con la forma adecuada de relacionarnos con ella. Antaño nos creíamos capaces de ambas cosas, lo que explica que, por contraste, ahora tendamos a representarnos nuestra situación presente en términos de derrota. De ahí los adjetivos que nos definen y en los que más nos reconocemos: resabiados en el terreno de las ideas y resentidos en el de la práctica (especialmente política). Un benjaminiano probablemente definiría así el signo de estos tiempos: nos ha tocado vivir entre escombros.
Manuel Cruz, catedrático de Filosofía Contemporánea, es autor de más de una treintena de títulos (algunos de ellos traducidos a otros idiomas) y compilador de casi una quincena de volúmenes colectivos. Se ha visto galardonado con los premios Anagrama de Ensayo 2005 por su libro Las malas pasadas del pasado, Espasa de Ensayo 2010 por Amo, luego existo, Jovellanos de Ensayo 2012 por Adiós, historia, adiós y Miguel de Unamuno 2016 por La flecha sin blanco de la historia. Ha colaborado en diversos medios de comunicación, tanto como extranjeros (Clarín), también en la Cadena SER y en Catalunya Ràdio. Obtuvo el acta de diputado por Barcelona en 2016. Elegido senador por esta misma provincia en 2019, presidió la Cámara Alta en la XIIIª Legislatura. Ha recogido su experiencia política en el libro Transeúnte de la política (Taurus, 2020). Además, de sus ensayos Democracia: la última utopía (Espasa, 2021) y El Gran Apagón.